La estresante vida de José Mourinho en el Hotel Lowry
sábado, 29 de octubre de 201624 horas después de la victoria de su equipo contra el Manchester City en Old Trafford José Mourinho volvió a ser el centro de atención. El técnico portugués solo estaba en la peluquería del Hotel Lowry para cortarse el pelo.
La visita a un peluquero un jueves a las 9 de la mañana puede parecer poco convencional pero el salón del Hotel Lowry solo atiende a un cliente a la vez y el nombre de Mourinho estaba en la lista desde que ayer volvió de los entrenamientos a las 5 de la tarde.
La irritación del entrenador es comprensible ya que no fue una experiencia nada relajante. A pesar de la presencia de su amigo y sombra permanente, Ricardo Formosinho, junto a la entrada rápidamente se formó un grupo de caza autógrafos y selfies para mirar a través del cristal.
Un hombre trataba de que su joven hijo cruzase la puerta del local cuando fueron cazados por el personal del hotel. La multitud se movía por el pasillo y cuando Mourinho salió rechazó todas las peticiones de fotos de camino a su habitación.
La gente no pudo hacerse selfies con Mourinho pero si con un hombre que vestía el chándal de entrenamiento del United y estaba de pie cerca diciéndoles que él era amigo de José y parte del staff.
José se fue bastante rápido y las cámaras de los aficionados no pudieron cazarlo. Si él no estaba interesado uno de sus colaboradores si quería hacerse fotos con ellos. Al final aquel tipo no era amigo de Mourinho ni uno de sus colaboradores, solo había cruzado un par de palabras con el manager antes de entrar a su cita con el peluquero.
Si quieres ser políticamente correcto llamarás a esas personas fans, en caso contrario se podría decir que son acosadores.
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Selfies y más selfies |
José Mourinho ha sido en general muy complaciente desde su llegada como residente de larga duración a finales de julio pero si hubiera sabido lo que pasó en el piso de arriba quizás habría sido menos agradable.
En el bar ese mismo miércoles dos hombres ofrecían dinero en efectivo a una mujer del personal de servicio para que les contase detalles de la vida de Mourinho en el Lowry. Al mismo tiempo, un chico joven iba hacia el vestíbulo con un mensaje para los empleados de recepción: "Mi padre dice que puedes ganar 50£ si consigues que José firme su camiseta del United" dijo.
En ninguno de los casos hubo acuerdo. El Lowry es un hotel de cinco estrellas que alberga a las mayores estrellas del deporte y de la música del planeta. La discreción completa forma parte del paquete. Sin embargo, allí te sientes como en una pecera, resulta raro que Mourinho eligiera vivir así. En una entrevista con Sky esta semana describió su vida en el hotel como un desastre. No quiere decir que literalmente lo sea, lo dijo porque no puede salir del edificio sin que lo sigan fotógrafos.
Tal vez fue eso lo que ingenuamente no tuvo en cuenta cuando eligió vivir en el hotel en vez de alquilar un apartamento. Rara vez se le ha visto en la barra del hotel y casi nunca pasea junto al río Irwell, en la zona de restaurantes de Manchester, como sí hizo en sus primeros días en la ciudad. Ahora utiliza el servicio de habitaciones o pide comida a domicilio.
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Con Ricardo Formosinho |
Muy lejos queda su primera etapa como entrenador del Chelsea, cuando vivía como un londinense en Belgravia compartiendo casa con su esposa Matilde y sus dos hijos. Durante sus tres años en el Real Madrid la familia alquiló en la elegante zona de 'La Finca' de la capital española.
Mourinho no debía saber que en Londres es posible vivir de forma más anónima que en Manchester. Los que lo conocen dicen que le ha sorprendido el nivel de intrusión en una ciudad donde los restaurantes, por ejemplo, se concentran en un área de solo 2 kilómetros cuadrados.
Cada mañana sale del hotel a las 7:45 am con Formosinho hacia el centro de entrenamiento de Carrington. Como el resto de su cuerpo técnico vive vidas más normales, Formosinho (ojeador del Man United) es el hombre que lo acompaña y le ofrece, en cierta medida, protección. En el Lowry rara vez se les ve a más de cinco metros de distancia.
Un Jaguar negro los lleva en el trayecto de 15 minutos hasta el trabajo y para Mourinho empieza la vida real.
Cuando el técnico se registró en el Lowry hace tres meses, el personal le regaló algunos pasteles de chocolate rojo y blanco y un libro sobre Manchester.
No es de extrañar que el suyo sea el primer nombre que le viene a la cabeza a Mouloud, portero del hotel, mientras que Brian, un camarero de Rumanía que trabaja en el bar y le sirvió un té en una tranquila esquina el jueves, lo describe como "un perfecto caballero".
Por lo general, Mourinho regresa de Carrington junto a Formosinho antes de las 5 de la tarde. Una larga noche se extiende por delante. Esta semana parecía un poco aburrido ¿Quién puede culparlo?
Su comportamiento y sus hábitos han cambiado mucho desde aquellos días más despreocupados y es un enigma por qué no se ha trasladado aún a un apartamento o a los enclaves de Cheshire, zona elegida para vivir por muchos futbolistas.
El hecho de que no cocine, como dijo a Sky, es un problema real pero Mourinho podría permitirse el lujo de tener su propio chef. Si decidiese vivir en las afueras podría encontrar excelentes restaurantes en tranquilos pueblos cercanos como Wilmslow, Alderley Edge o Prestbury.
Fuente: dailymail.co.uk
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