Entrevista a José Mourinho en la revista GQ UK de abril (Primera Parte)

domingo, 20 de abril de 2014




Texto: Paul Henderson / Fotografías: Rick Guest / Estilismo: Tanja Martin

Es bueno estar de vuelta. Después de una segunda Liga de Campeones y todos los títulos posibles de Italia y España, el manager más carismático y con más estilo del fútbol moderno ha vuelto a su hogar espiritual: el Chelsea. ¿Más tranquilo? ¿Más maduro? ¿Menos arrogante? Tal vez, pero con la misma necesidad insaciable de ganar - que le pregunten a sus rivales en lucha por el titulo - . No hay nadie en el mundo del deporte que se parezca a José Mourinho.

José Mourinho está saliendo. No en el sentido de Tomas Hitzlsperger, ya sabes. El fútbol moderno se encuentra todavía en tinieblas cuando se trata de jugadores abiertamente gays, así que uno sólo puede imaginar lo que sucedería si un alto directivo anuncia su homosexualidad... la tierra probablemente dejaría de girar. No, el entrenador del Chelsea, está saliendo en el sentido victoriano: habiendo completado su educación futbolística con éxito en Inglaterra, Italia y España, con su anuncio en la sociedad y, finalmente, poniéndose a disposición de la prensa mundial.

Ha concedido entrevistas antes, por supuesto. No hay muchos hombres con más que decir sobre sí mismos que Mourinho. Y siempre - Ok, casi siempre - cumple con sus deberes oficiales ante los medios de comunicación con una mezcla de arrogancia, picardía y garbo ya característica. Pero hasta este año, Mourinho ha sido un hombre muy difícil de alcanzar. Él escogía y elegía con quien hablar, cuándo y por cuánto tiempo. No quería la publicidad, no necesitaba que su ego fuera adulado (ya había estado recibiendo elogios sin ningún tipo de apoyo), y no tenía la intención de perder el tiempo elevando su perfil más allá del mundo del fútbol.

Sin embargo, Mourinho en 2014 es un hombre cambiado. Él es más viejo (cumplió 50 años el año pasado), más sabio, y según él mismo admite un poco menos egoísta en sus ambiciones. También sigue siendo 'The Happy One', como anunció a su regreso al fútbol inglés en junio. Pero si Mourinho es un hombre diferente, las restricciones profesionales y la formalidad en las fronteras del fútbol siguen ejerciendo un control estricto sobre todas las relaciones entre el manager y los medios de comunicación que pretenden entrevistarle. De hecho, a pesar de la aparición de Mourinho en la sociedad comercial, nuestra relación en ciernes fue obstaculizada por todos lados, por las reglas y las restrictivas regulaciones de cada parte. Si es 'The Special One', ¿Por qué no tiene la última palabra?

Antes de que GQ llegase a conocer a Mourinho, fuimos vetados por sus acompañantes comerciales: el Chelsea, sus patrocinadores (Adidas) y su asistente personal (en este caso, su representante) por nuestra idoneidad y prestigio en la comunidad editorial. Desde ahí, el proceso avanza gradualmente. En primer lugar, hay presentaciones por escrito, seguido de discusiones entre los representantes de ambas partes. Después de eso viene la negociación sobre que vestimenta es la apropiada (en este caso, Mourinho llevaba Porsche Design Sport). Y, por último, que temas de conversación serían los adecuados para la ocasión. Y al parecer, el fútbol no era uno de ellos.

Sí, leíste bien. No hay preguntas sobre el Chelsea, ni menciones a su relación con los jugadores, tampoco preguntas sobre el United o el Real Madrid. Así que, ¿De qué podemos hablar con él? La respuesta: sólo preguntas sobre su ropa, su estilo personal... ese tipo de cosas.

Bien, así que el manager más interesante, carismático y brillante del partido de hoy no quiere hablar de fútbol. ¿Es todo? No.

No hace falta ser periodista para poder apreciar que los términos de este contrato social particular son un poco decepcionantes. Sin embargo, como formamos parte de una sociedad amable, nos mostramos cortesmente de acuerdo. Les damos las gracias por su cooperación y recibimos de los acompañantes un preciso resumen de los términos que orientarán nuestra futura conversación. Y después de haber establecido nuestras nobles intenciones, se organizó una reunión con el señor Mourinho tan pronto le fue posible.

Escrito hace 500 años, el Príncipe sigue siendo el mejor trabajo del teórico e historiador florentino del siglo XVI, Nicolás Maquiavelo. Un tratado político que se considera uno de los grandes ejemplos de los principios de la filosofía moderna y su sección más famosa podría haber sido escrita con el actual manager del Chelsea en mente. Sobre esto me surge una pregunta: ¿Es mejor ser amado que temido, o ser temido que amado?.

Lo pienso mientras espero mi audiencia con Mourinho en un estudio fotográfico en el norte de Londres. Después de haber pasado la seguridad, en el set hay silencio sepulcral, un ambiente tan tenso como el de antes de lanzar un penalti en el ultimo minuto. El ambiente es claro: hoy Mourinho es The Unhappy One. Es preocupante ver como, a diferencia de casi todas las sesiones de fotos, las cosas se están realizando antes de lo previsto simplemente porque José no quiere esperar. Él decide cuándo cambiarse de ropa (y cuál va a usar). Él decide que expresión pondrá. Él decide cuándo es suficiente. Todos, al parecer, comparten la misma opinión: Mourinho no es un hombre con el que se juega.

Y sin embargo, esto va en contra de los sentimientos expresados ​​por muchos de sus jugadores, que no sólo lo aman, lo adoran. Cuando salió del Chelsea Didier Drogba dijo que fue como perder a un familiar. En su autobiografía, el delantero sueco Zlatan Ibrahimovic lo describe como 'un hombre por el que estaba básicamente dispuesto a morir'. Y cuando Mourinho fue del Inter de Milán al Real Madrid, Marco Materazzi estaba llorando como cuando una pareja se despide. Olvídese de maquiavélico, pronto la gente utilizará la expresión 'mourinhiano'.

Con las últimas fotos tomadas, me llevan desde el estudio hasta una zona de recepción y me dicen que espere ahí. El príncipe de Portugal llegará en poco tiempo y, por si no había captado el mensaje, él no está de buen humor. Es difícil saber qué esperar de él, pero parece seguro que el nuevo Mourinho no será más fácil de llevar que el anterior.




Cuando entra flanqueado por sus diversos acompañantes de relaciones públicas, como la mayoría de los hombres poderosos, parece más bajo de lo esperado. Mide 1.75 pero parece más pequeño de lo que se ve en la banda. Su pelo es más blanco que antes y sus lineas de la boca hacia abajo hacen que parezca de un intenso mal humor. Pero después de darle la mano - firme y amable - se desploma en un mullido sofá y me ofrece una gran sonrisa. A pesar de todas las pruebas en contra, Mourinho revela que sigue siendo The Happy One. "Sí" - dice con un suspiro de alivio - Ahora que he terminado con las fotografías soy muy feliz!"

Y con eso, la tensión que había simplemente desaparece. Puede que no le gustase estar delante de la cámara, pero le encanta hablar a la grabadora, así que nos ponemos en marcha. Tal y como se especifica, sólo hay una forma de comenzar: con la opinión de José sobre la moda... sí, claro.

Así que José, ¿Estás contento de estar de vuelta en Londres, de vuelta en el Chelsea? "Sí, porque aquí tengo todo lo que quiero" - dice como indiferente a las restricciones impuestas antes de la entrevista - Tengo la liga de fútbol que más me gusta. Tengo la ciudad, además de la ciudad de donde soy [Setúbal, en Portugal], donde más en casa me siento. A mi familia le gusta Londres, y esto es muy importante para mí, porque si me gusta mucho mi trabajo pero a mi familia no le gusta la ciudad en la que vivimos no es lo mismo. Así que están felices, me gusta mi vida social. Antes, en Madrid, no era capaz de hacer las cosas que quería hacer, así que todo está bien."

Cuando te fuiste del Chelsea en 2007 fue porque no eras feliz. ¿Estás contento de haber salido del club la primera vez? "Yo no diría contento, pero fue bueno para mí. Fue bueno para mi desarrollo como manager porque pude ir a otros países y he aprendido mucho de las experiencias que tuve. También soñaba con ganar las tres ligas más importantes de Europa, así que creo que si nunca me hubiese ido a Italia, o España tendría como un vacío en mi carrera. Hice todo lo que quería hacer y luego elegí el lugar que más te gusta."

¿Y la relación con Abramovich (dueño del Chelsea) es mejor ahora? "Es buena, como siempre. Tenemos una fuerte relación personal desde hace muchos años y también tenemos la misma ambición profesional con respecto al Chelsea."

¿Te ha resultado difícil pasar de un club a otro dejando atrás a los jugadores que han trabajado tan duro para ti? "Ya sabes... tienes que seguir adelante. Cuando decides irte has pensado en esa decisión mucho, sopesando los aspectos positivos y negativos, tienes que creer que estás tomando la decisión correcta. Cuando haces eso siempre dejas a gente atrás. Pero mí motivación era seguir adelante, encontrar un nuevo proyecto y ser profesional."

¿Crees que es importante para el Chelsea como club tener esta estabilidad, después de haber cambiado de técnicos a menudo desde tu salida? "Creo que el Chelsea sí necesita eso. Porque cuando tienes un equipo joven, con muchos jugadores jóvenes, ellos necesitan la estabilidad en todos los niveles pero especialmente a nivel de entrenamiento. Quiero enseñarles, darles una filosofía, para que entiendan mi metodología, porque van a convertirse en mejores jugadores y vamos a crear un equipo mejor para el futuro. El Chelsea y yo nos hemos reunido de nuevo en el momento adecuado y con objetivos comunes."

José Mourinho nunca ha sido el tipo de hombre que echa raíces. Creció en la ciudad portuguesa de Setúbal, su madre, María Julia trabajaba como maestra de escuela y su padre Félix, fue futbolista profesional (como portero, jugó un partido con la selección portuguesa). Cuando era un niño, José era feliz viajando con su padre (o él solo, cuando pudo) a Oporto y Lisboa. En un primer momento para ver jugar a Félix, y más tarde, cuando su padre se convirtió en entrenador, para ayudarlo espiando al equipo rival. Como jugador, José no era muy bueno. Entusiasta, sí. Talentoso, no tanto. Pero después de jugar en equipos como Belenenses, Río Ave y Sesimbra, se dio cuenta de que su techo estaba en la segunda división portuguesa. "Soy una persona inteligente" - admitió más tarde " Yo sabía que no iba a llegar más arriba."

Su falta de talento no paró su ambición, José decidió convertirse en entrenador. Estudió educación física y ciencias del deporte en la universidad de Lisboa, se especializó en cuestiones de entrenamiento, tomó cursos organizados por la Asociación de Fútbol de Escocia y la Asociación de Fútbol Inglés, y entrenó a varios equipos juveniles ayudándolos en todo lo que pudo. Dondequiera que había una oportunidad para aprender, Mourinho la aprovechaba. En 1992 llegó el punto de inflexión de su carrera: Sir Bobby Robson aceptó el trabajo de entrenador del Sporting de Lisboa, y José fue contratado como su intérprete.

"Se presentó en el aeropuerto" - Dijo Robson a The Guardian hace unos años recordando su primer encuentro. "'Hola, señor. Mi nombre es José Mourinho y el presidente (del Sporting) me ha contratado como su intérprete. Espero poder hacer un buen trabajo, señor.' Así era José. Muy amable, muy respetuoso, muy guapo."

Rápidamente su relación de trabajo fue mucho más allá de la simple traducción. Mourinho comenzó a proporcionar a Robson detallados informes sobre los rivales del Sporting, mientras que aprendía todo lo que podía del ex seleccionador de Inglaterra. Robson duró apenas un año en el Sporting, pero cuando fue despedido en diciembre de 1994 le ofrecieron el puesto de entrenador en el Oporto y se llevó a José con él. El éxito que tuvieron juntos en las siguientes temporadas atrajo la atención del Barcelona y cuando contrataron a Robson los catalanes tuvieron que contratar a Mourinho también.

Los instintos de ataque de Robson y las habilidades de los jugadores fueron complementados con la capacidad defensiva y la organización comprometida de Mourinho. El Barcelona ganó la Recopa de Europa, pero cuando Robson fue sustituido por Louis van Gaal, Mourinho se quedó en España como ayudante del holandés.

"Le debo mucho" - Dice Mourinho de Robson ahora - "Yo era un don nadie en el fútbol cuando llegó a Portugal. Él me ayudó a trabajar en dos clubs en Portugal y él me llevó a uno de los clubs más grandes del mundo, el Barcelona. Somos muy diferentes, pero de él recibí la idea de lo que es ser un gran entrenador."

Después de haber aprendido todo lo que podía de Robson y Van Gaal, Mourinho estaba listo para el papel de entrenador y regresó a Portugal. Tras breves periodos como primer entrenador de equipos como el Benfica (apenas nueve partidos de Liga) o el União de Leiria, en enero de 2002 se hizo cargo del Oporto. Mourinho pudo poner en práctica todos los conocimientos que había adquirido. Combinando el análisis científico y la teoría táctica, la ciencia del deportes y la psicología del jugador convirtió a su equipo en uno de los mejores de Europa. En tres años ganaron la liga portuguesa dos veces, una copa y una supercopa, así como la copa de la UEFA y en 2004 la Champions League (con un poco de ayuda de Gennady Krasyuk... de eso hablaremos más tarde). Su recompensa fue una oferta del propietario ruso Roman Abramovich: un contrato de 5 millones de dólares al año para ser en el nuevo entrenador del Chelsea, algo que era demasiado bueno como para ser rechazado.


Transcripción y Traducción: Angeles Amidala 
Todo el material (texto y fotografías) pertenece a GQ Magazine UK

1 comentario :

  1. Gracias por tu dedicacion. Estas cosas solo se encuentran aquí

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